| Publicado el 3 mayo 2006
Segundo día sin trabajo para 95 mil empleados
Hugo J. Delgado-Martí
hdelgado@bandera.org
Bandera Roja
www.bandera.org
A dos días de iniciado el cierre patronal de Aníbal Acevedo Vilá prosigue la indignación de los 95 mil empleados públicos, familiares y público que recibe servicios. De igual forma los sindicatos cuyas matrículas se han visto afectadas han continuado con sus actividades de presión, mientras que el superintendente de la policía Pedro Toledo ha montado una campaña de desprestigio contra profesores y estudiantes universitarios acusándolos de delincuentes.
En el lado norte del Capitolio, un grupo de sindicatos de la AFL-CIO y alcaldes populares han montado sendos campamentos para hacerle presión a la legislatura para que se resuelva la situación laboral inmediata del cierre. Por el otro lado, la Federación de Maestros de Puerto Rico ha comenzado una campaña más ambiciosa al exigir una salida inmediata a la crisis, pero que esta no venga acompañada de la imposición de un impuesto al consumo pues dicha medida afectaría adversamente a los sectores más empobrecidos de nuestro país.
La FMPR llevó su protesta a la Milla de Oro en la Avenida Muñoz Rivera, allí cientos de policías de la Fuerza de Choque protegían los intereses del gran capital al rodear a los manifestantes macana en mano. Los Federados que se dieron cita no amilanaron su discurso de que la crisis la paguen los ricos y exigieron que se apoye aquellos proyectos de ley dirigidos a hacer que sea la banca y las corporaciones (principalmente las foráneas) las que paguen la crisis fiscal en Puerto Rico. Los maestros federados, que provenían de las áreas geográficas cercanas al área metropolitana, demostraron su indignación portando pancartas y consignas contra el secretario de educación Rafael Aragunde quien hace unos meses había cesanteado cientos de maestros por no portar certificados para ejercer. En aquel entonces los maestros, muchos de los cuales estaban altamente calificados, se les exigió cumplir con un alto estándar de “excelencia”. Los maestros cuestionaron la “excelencia” del cierre patronal.
Por otro lado, la policía de Puerto Rico demostró una vez más de qué lado están. Lo que para algunos puede ser un grupo de “puertorriqueños” para los trabajadores no son más que una partida de abusadores, de matones y mercenarios a sueldo que venden su conciencia a cambio de su salario. Si el deber de la policía es proteger al país, su deber entonces es combatir junto a los trabajadores contra los intereses del gran capital. Sin embargo, cientos de policías, la mayoría sin identificación ni placas ocultando sus rostros detrás de cascos y gafas oscuras protegían a los bancos y edificios en la milla de oro.
El superintendente Pedro Toledo comenzó una campaña de descrédito contra la juventud y los universitarios al utilizar epítetos como delincuentes y vándalos contra estos. Particularmente mencionó al compañero Rafael Bernabé, uno de los portavoces del Frente Socialista. Dichas acusaciones no son otra cosa que una “bolita de humo” para tratar de distraer la atención sobre el tema que verdaderamente afecta al país que es el cierre patronal. Dos cristalitos rotos y par de guardias heridos (para eso les paga el gobierno, que no se quejen mucho) no deben ser motivo de discusión en estos momentos. Lo que debemos hacer los trabajadores es preguntarnos cuales son las causas de esta crisis, de donde proviene realmente y cómo nos veremos afectados de resolverse de una u otra forma. Los socialistas insistimos en que sea cual sea la resolución final, el peso mayor de la crisis debe recaer en las grandes corporaciones y en los ricos del país que proporcionalmente aportan muchísimo menos que el asalariado promedio. Es hora que se le haga justicia a la clase trabajadora, así que organízate y lucha.