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BREL1| Publicado el 31 agosto 2009
Como es de costumbre, el 21 de agosto pasado, jóvenes universitarios y vecinos de la comunidad de Río Piedras hacían lo que todo los jueves se disponen a hacer, unos iban a trabajar, otros iban a disfrutar, para así darle vida a la noche en a la Avenida Universidad. Esa noche que comenzó con su acostumbrada calma termino con una ola de represión similar a los años de mayor agitación política en la Universidad de Puerto Rico. La policía municipal de San Juan y la policía estatal convirtieron esa noche en una pesadilla. Pesadilla que culmino con varios jóvenes heridos, arrestados, y un sin número de violaciones a los derechos civiles. A su vez transgredieron los espacios universitarios, tirando gases lacrimógenos a la residencia universitaria hiriendo seriamente a una joven residente. Utilizando como excusa a un joven que supuestamente violó el nefasto Código de Orden Publico, la policía municipal y estatal se disponían a aceitar su maquinaria represiva para implantar las nuevas leyes del gobierno de Luis Fortuño y de sus buenos amigos, los ricos. La Ley #7, el proyecto Cámara 1904 para la no venta de alcohol después de las doce de la medianoche, y las medidas anunciadas por Fortuño en su pasado mensajes al país, son ejemplos de estas medidas. Medidas que tiene consecuencias destructivas para amplios sectores de la clase trabajadora.
La represión: el único camino a seguir por el capital
Lo sucedido este 21 de agosto no es un hecho aislado, es precedido por incidentes de violencia por parte de la policía, que se remontan a la pasada administración. Lo primero que resalto a la vista en los medios noticiosos fue la creciente ola de ejecuciones extrajudiciales por parte de la policía. El gobierno de Aníbal Acevedo Vila trato de justificarlas como hechos aislados y no como parte del autoritarismo que se le enseña a los cadetes de la policía en la academia. Por otro lado, este gobierno anti obrero, en su intento de privatizar distintas agencias del gobierno, le tiro la policía a todos los sectores en lucha. De los primeros incidentes más notables resaltan el 1 de mayo de 2005. En esta fecha que se celebra a nivel internacional por las y los trabajadores del mundo, en Puerto Rico, la policía intento reprimir a trabajadores que reclamaban su derecho al trabajo, derecho que había sido atropellado por el gobernador incumbente, que tiro a la calle a miles de empleados públicos a través de un cierre gubernamental.
Culminando su cuatrienio, la embestida represiva fue en contra de los sectores del pueblo trabajador que más ha retado consecuentemente el gobierno patronal de Acevedo Vila: la Federación de Maestros de Puerto Rico. Este sindicato, que se ha caracterizado por sus denuncias en defensa del magisterio y de la clase obrera en general, fue abatido por la represión en casi todas sus modalidades; desde represión legal (descertificación) hasta represión violenta por parte de la policía en momentos que este sindicato paralizabas sus labores en defensa del derecho a la educación pública.
Este proceso que los ricos, a través del neoliberalismo, impulsaron con Acevedo Vila, se agudiza con la llegada a la gobernación de Luis Fortuño. Abiertamente representante de los ricos, y luego de votar a 30,000 trabajadores públicos a través de la Ley #7, se dispone a desplazar a la comunidad de Villas del Sol, para así proteger el valor de los terrenos aledaños pertenecientes a unos de sus amigos: la familia Fonalledas. Para esto, utilizo nuevamente a la policía de Puerto Rico que agredieron a mujeres, niños, niñas y hombres, en su mayoría residentes de la comunidad. Este evento, además de resaltar la falta de derecho a vivienda de los sectores más empobrecidos de la clase trabajadora, pone de relieve el alto contenido xenófobo y machista a la que la comunidad ha estado sometida por parte de la policía. Esta escalada de violencia, que ahora se extiende a la población en general, demuestra que el único camino que el capital sigue para implantar las políticas neoliberales es la represión.
Represión preventiva: síntomas de un estado fascistoide
Hay varios detalles que hacen que el 21 de agosto sea un evento un poco distinto al resto. Como ya hemos mencionado, el primer factor es que la represión se extendió a la población en general y no solamente a los sectores en lucha. Aunque ya se habían dado hechos similares en varios sitios de «jangeo» en San Juan y Mayagüez, todavía no se había dado un operativo de ese tipo. Las imagines muestran que este operativo fue organizado para tratar de reprimir al estudiantado que históricamente a sido uno de los sectores de mayor resistencias a las políticas del capital. Otro factor de suma importancia es que esta escalada represiva se da en momentos en que la Hermandad de Empleados Exentos No Docentes y otros sectores universitarios anuncian votos de huelga en la Universidad de Puerto Rico. El mensaje entre líneas que envía Luis Fortuño a los y las trabajadoras es que «vamos a prevenir que se tiren a la huelga».
Por otro lado, estos hechos se dan en un momento en que el estado se dispone a controlar los espacios públicos justificándolo con un discurso fundamentalista. Aprovechando el poder discursivo que tienen las sectas fundamentalistas cristianas sobre la gente, el estado se monta en el barco de la retorica de lo moral, para decir que los muchachos y muchachas que toman cerveza en la calle son causantes del demonio del homicidio, del demonio de las violaciones sexuales, del demonio del robo; en fin del infierno entero. Por tal razón, para estos sectores es necesario tirar la policía con gases lacrimógenos, gas pimienta, y macana en mano; para que prevengan que estos demonios se apoderen de las calles de Río Piedras, calles que el alcalde de San Juan, Jorge Santini, quisiera llenar de ricos a través de su plan Río 2012.
Con su notable hipocresía, Santini arremete contra la comunidad, casi desarticulando a CAUCE, expropiando edificios donde viven trabajadores y trabajadoras de escasos recurso, y violándole los derechos a la población más marginada de Río Piedras, los y las deambulantes. Todo estos con la excusa de que Río Piedras esta despoblada, claro, esta despoblada de ricos, y que así siga siendo. Esta mentalidad de reprimir antes de que el delito se concrete, incluso, antes de que pienses cometerlo o de irte a una huelga, parecen sacado de pasajes de la obra 1984 del George Orwell, pero la realidad es que responde a la línea de pensamiento fascista; esta pretende que el estado se imponga en todos los ámbitos de la vida cotidiana y de una vez criminalizar los sectores que le harían frente a cualquiera de sus medidas.
Esta santa alianza, entre la iglesia, los ricos y el estado, vista en distintas dictaduras como la de Pinochet en Chile, y la de Trujillo en la hermana República Dominicana, para lo cual la fuerza policiaca bendice con sus macanas, se está solidificando cada vez mas. !Seguro! Si para ellos controlar la vida diaria de las y los trabajadores es sumamente conveniente. Nos llevan de vuelta a la esclavitud necesaria para tener la oportunidad de acumular nuevamente el capital que la crisis creadas por ellos les ha arrebatado. Tan descarada ha sido esta ola, que se han llevado por medio el estado de derecho que los ricos dicen tanto defender y respetar. Ante esto, tenemos que reclamar el derecho a la autodefensa por parte del estudiantado, la comunidad riopedrense, y las y los trabajadores en lucha. Solo de esta forma podremos triunfar en contra de la santa alianza, y así lograr la victoria de la clase obrera.